“Hasta que no llega a la obra o empieza a sonar el teléfono, no sabe cómo será su jornada”. Así, entre la improvisación y la estrategia, se mueve Pedro Vicente Lerma Bejarano, natural de Murcia y jefe de obra de MAREA. Este ingeniero de Caminos lo tiene claro: “Somos una familia, un equipo, solo un objetivo”. Su trabajo, que él define con humor como “sobrevivir a los juegos del hambre”, consiste en gestionar los proyectos desde cero, optimizando recursos, tiempos y costes, mientras aplica toda la psicología necesaria para que la obra avance sin perder el ritmo.
¿Qué le apasiona de su trabajo?
Ver cómo crece la obra día tras día. De repente, ves todo el avance. Básicamente nos dedicamos a ver crecer un hijo y no morir en el intento.
¿Cómo, cuándo y por qué llegó a MAREA?
Hace ya un tiempo —un embarazo, una larguísima llamada telefónica con Alberto y un proyecto a desarrollar—. Parecerá una película, pero así fue. Y, dos años después, sigo aquí, en el mejor sitio que se puede estar.
¿Su balance?
Muy positivo. Formamos parte de un equipo en el que todos encajamos y deseamos llevar la empresa al siguiente nivel. Así que, un balance muy positivo de la empresa y con una visión muy clara de lo que se espera de nosotros.
¿Qué ha aprendido en estos años?
En general, he aprendido a gestionar eficazmente los recursos que tenemos. Llevo toda mi carrera en el ciclo integral del agua, desde la captación, el transporte y, ahora, con el tratamiento y la potabilización. El aprendizaje es constante. Siempre hay algo nuevo, vital y necesario en cada obra. Todas son distintas Desde echar un hormigón, el montaje de canalizaciones, los equipos electromecánicos hasta unas variables por condiciones climáticas, la conservación de la naturaleza en el entorno o la protección del medio ambiente. Todos estos cambios te obligan a aprender y adaptarte a las exigencias nuevas que surgen.
¿Cuál es su filosofía al frente de los equipos de una obra?
Ninguna obra se ejecuta sin problemas diarios, por lo que al final hay que tener mucha más paciencia y una mente fría, más que el resto del equipo. Más que una filosofía como tal, se trata de entender que cada persona necesita algo diferente en cada momento, y eso es precisamente lo que lo hace más complejo. Al final es más una gestión humana: ofrecer apoyo e inspiración para que ellos mismos se desarrollen y podamos sacar la obra adelante. Y cuando todo esto falla, volvemos a empezar.
¿El proyecto más desafiante al que se ha enfrentado?
En el que estoy ahora mismo: la EDAR de Alhama de Almería. Es un conjunto que despierta una mezcla de amor y odio, tan increíble como desafiante. Estamos trabajando con rapidez porque es crucial y seguimos un proceso de trabajo en el todos vamos hacia un objetivo: finalizar las obras cuanto antes, pero mantenimiento la calidad que caracteriza a Marea. Es una obra que te exige sacar todo lo que tienes dentro. Ves que la estamos terminando, pero no te puedes fiar: al día siguiente te espera con algo nuevo.
¿Del que se siente más orgulloso?
La EDAR de San Javier, una ampliación de la depuradora con la planta en funcionamiento, realizando paradas necesarias para el conexionado entre la parte antigua y la nueva, sin que la planta se vea afectada durante toda la ejecución, lo que ha permitido al explotador mantener la normalidad. Ha sido un trabajo largo y complejo, pero hemos conseguido hacer un terciario y un cuaternario, que son un orgullo para Marea y un referente a nivel nacional.
¿Qué gran obra le gustaría dirigir?
Todas son grandes. Como he dicho antes, cada una tiene su corazón y sus necesidades. Pero, echando un vistazo a la que nos viene ahora, estoy encantado y deseando empezar la nueva planta de tratamiento de residuos de Murcia. Estoy seguro de que será un nuevo reto y la punta de lanza a nivel nacional para Marea y el Grupo. Es una obra que va a ser un referente a nivel local y nos va a dar un nuevo empuje y empaque en todo el país.
¿Qué retos se plantea MAREA para este 2025?
El trabajo que se realiza en el ámbito de la depuración ha dejado de verse como algo que simplemente estaba ahí para convertirse en una necesidad imperiosa de atención tanto en depuración como en potabilización. Esta situación conlleva escasez de mano de obra especializada, el aumento de los costes de los materiales necesarios para desarrollar los proyectos y la competencia en el sector. Los retos a los que nos vamos a enfrentar son claros: competir en un mercado donde cada vez más personas quieren hacer nuestro trabajo sin comprender que se trata de instalaciones que no pueden fallar ni dejar de funcionar nunca, tanto por los problemas medioambientales que se generan como las repercusiones económicas que traen consigo. Por ello, es importante que Marea siga potenciándose como una empresa tecnóloga de vanguardia y experta en mantenimiento.
¿Dónde se ve dentro de cinco años?
En Marea, por supuesto. Espero que, tras haber consolidado el proyecto del Levante para el Grupo, podamos ver cómo los objetivos de Marea han evolucionado, posicionándonos como un referente tecnólogo en la zona.
¿Un libro?
Padre rico, Padre pobre.
¿Una película?
La vida de Brian, nos da toda la realidad social actual.
¿Una banda sonora?
O Fortuna – Carmina Burana (Carl Orff)
¿Un lema que le inspire?
Se aprende más de los fracasos que de los éxitos. No dejar que esto te detenga. El fracaso te hace más fuerte.
¿Qué se llevaría a una isla desierta?
Demasiadas cosas, no sabría por dónde empezar.
¿A quién admira?
A mis padres, por su tenacidad y constancia.
¿Su viaje pendiente?
Japón.

